"El FC Barcelona está acabando la que ya es la mejor temporada deportiva de su historia, gracias a los 15 títulos conseguidos hasta ahora por nuestros equipos y una manera de hacer que está siendo alabada y admirada en todo el mundo.
El primer equipo de fútbol se ha proclamado, por tercer año consecutivo, campeón de Liga y la cuarta Copa de Europa ya está en el Museo. Tras superar todo tipo de dificultades, el barcelonismo ha obtenido una recompensa excelente, en forma de títulos y de reconocimiento global a un estilo tan singular de concebir el fútbol.
A pesar de las muchas provocaciones recibidas, decidimos que nos mantendríamos firmes en dos convicciones: había que preservar por encima de todo los intereses deportivos del equipo y cumplir con la responsabilidad social que tenemos como representantes de cerca de 180.000 socios. El corazón nos pedía otra cosa, pero la cordura nos hizo optar por la prudencia. Nos provocaron, pero nos aguantamos. También lo hicieron nuestros socios y aficionados. Y quiero agradecerles desde aquí su comportamiento ejemplar.
Ahora disfrutamos de los frutos de todo. Una vez más, el fútbol ha puesto a todos en su sitio. La exhibición de Wembley es la respuesta más contundente a los ataques que ha recibido esta temporada el barcelonismo. Nuestro equipo ha conseguido ser admirado y reconocido en todo el mundo por su maravilloso juego y por los valores que representa y que nos definen como institución. Y entre los valores que representamos, también están la dignidad y el honor. Por eso ahora le toca decir su el FC Barcelona como institución, entendida como un colectivo único. Porque hay situaciones que no se pueden volver a repetir en el futuro.
Quiero hablar en nombre de todos los barcelonistas que se han sentido agredidos y heridos por las graves acusaciones y calumnias que se han dirigido últimamente contra nuestro Club. Acusaciones que han sido premeditadas y que sólo tenían un objetivo: conseguir fuera del campo lo que no podían conseguir dentro. Acusaciones que se han dimensionado con el altavoz de determinados medios de comunicación, sin ningún tipo de rigor ni escrúpulo.
Por todo ello, en nombre del FC Barcelona, quiero expresar lo siguiente:
1. Los clubes tenemos una responsabilidad social que debemos asumir y respetar por encima de cualquier rivalidad. Somos depositarios de muchas ilusiones colectivas. Somos ejemplo de conducta para muchos millones de personas, especialmente para los niños. En nuestro caso, además, somos conscientes de que representamos el sentimiento de buena parte de un pueblo. Y consideramos que esta temporada el Real Madrid ha traspasado todos los límites de la necesaria rivalidad deportiva, dirigiendo acusaciones hacia nuestro Club, sin ningún tipo de fundamento.
2. Se quiso justificar el extraordinario rendimiento deportivo de nuestro equipo acusando de manera miserable nuestros médicos y deportistas de hacer uso de prácticas de dopaje. Nos defendimos, llevando a los tribunales las acusaciones que nos hizo la Cadena COPE, que citó de forma reiterada el nombre del Real Madrid como fuente y origen de la información. Les aseguro que si alguien, en nombre del FC Barcelona, se hubiera atrevido a hacer una acusación de este tipo, deberíamos actuado con firmeza, desmintiendo de manera inmediata y llevando sus responsables a los tribunales. Deberíamos agradecido una respuesta similar por parte del Real Madrid, que lamentablemente no se produjo.
3. Las declaraciones de los protagonistas siempre han acostumbrado a enriquecer el debate futbolístico. Pero esta temporada un empleado del Real Madrid, su técnico, también ha superado todos los límites de la rivalidad deportiva. Hasta el punto de atreverse a manifestar públicamente que nuestro entrenador debería sentir vergüenza de alguna de sus victorias. La rueda de prensa que el entrenador del Real Madrid protagonizó tras el partido de ida de semifinales de la Champions en el Bernabéu sí avergüenza a cualquiera que se sienta deportista. Acusó a nuestro Club de haber conseguido títulos gracias a una especie de complot estatal e internacional, implicando en este complot el buen nombre de Unicef y los estamentos propios del fútbol. Obviamente nos defendimos, denunciándolo ante la UEFA, que finalmente decidió actuar de oficio y sancionarlo.
4. De manera sorprendente, la respuesta del Real Madrid en el legítimo derecho de defender nuestro honor fue una denuncia hacia ocho de nuestros jugadores, a los que acusó de conductas antideportivas e, incluso, racistas, con el objetivo de que no pudieran disputar el partido de vuelta. También nos defendimos y el Real Madrid no se salió con la suya, ya que la UEFA rechazó dos veces sus acusaciones.
5. La rivalidad continuará la próxima temporada, pero no permitiremos que se vuelvan a traspasar los límites de la deportividad. Porque el fútbol se merece una competición limpia y el FC Barcelona hará todo lo que convenga para preservarla. Si es necesario, volveremos a la justicia ordinaria y los estamentos deportivos que correspondan. Ahora bien, que nadie espere que nos pongamos a la altura de determinados comportamientos. Nuestros valores, los que enseñamos a los jóvenes de la Masía, los que defendemos y respetamos desde hace muchas décadas, no nos lo permiten.
6. La responsabilidad social que tenemos ante millones de aficionados al fútbol nos exige mantener unas determinadas formas. El Real Madrid y el FC Barcelona son instituciones centenarias, con un alto grado de compromiso ante sus socios, aficionados y ante la sociedad, y están obligadas a caminar juntas en determinados asuntos. Ahora bien, si los límites de la deportividad se vuelven a sobrepasar, estaremos obligados a romper nuestras relaciones institucionales, lo que no deseamos de ninguna manera. No lo deseamos, pero no nos temblará el pulso si tenemos que hacerlo.
7. Hace unos días el presidente del Real Madrid decía que no parará hasta que ganen "la Décima". Esperamos que lo intenten desde los terrenos de juego, con deportividad y recuperando una manera de hacer que, me consta, quieren muchos madridistas. El presidente del Real Madrid tiene la oportunidad de volver a reconducir nuestras relaciones, dentro y fuera del campo. El fútbol, que suele devolverte lo que le das, será el gran beneficiado.
Con esta declaración institucional, el FC Barcelona quiere dar por cerrado un episodio lamentable, que esperamos que no se vuelva a repetir nunca más, por el bien del fútbol, del deporte y de todos aquellos que la amamos".
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