La ketamina y otros anestésicos similares tienen un efecto antidepresivo de acción rápida según revela un nuevo estudio realizado en ratones y publicado esta semana en la revista Nature, que abre una nueva vía para el tratamiento drástico de la depresión severa.
Los experimentos demuestran que este fármaco, que ha sido empleado como anestésico en humanos, puede aliviar los síntomas de la depresión en cuestión de horas, y que sus efectos duran hasta dos semanas. Para explicar este efecto, la neurocientífica Lisa Monteggia y sus compañeros de la Universidad de Texas (EE UU) estudiaron cómo actúa la sustancia sobre el cerebro. Y comprobaron que en dosis bajas, y administrada por vía intravenosa, la ketamina, que es un bloqueador de los receptores NMDA en el cerebro, aumenta la expresión de un factor de crecimiento específico, el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), asociado a efectos antidepresivos. La rapidez con la que surte efecto podría tener gran importancia para el tratamiento de personas depresivas de alto riesgo, como pacientes con tendencias de suicidio.
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