Aún está afectada y se le empañan los ojos al revivir los abusos de los que fue víctima en la tarde del día 23, frente a Es Molí, en el acto de ‘ses avellanes’. Es una de las tres chicas que denunció los hechos ante la Policía y quiere hacer público su testimonio para contribuir a que los incidentes no se vuelvan a repetir nunca más. Prefiere no revelar su identidad y permanecer en el anonimato, por lo que nos referiremos a ella como María, una joven de Ciutadella con mayoría de edad. Su relato en primera persona estremece y sobrecoge.
Era la tarde del Dissabte de Sant Joan y María se encontraba con dos amigas más entre el ambiente festivo de ‘ses avellanes’ frente Es Molí de Cas Comte. Entonces se dirigieron hacia la plaza de Ses Palmeres. “Todo fue muy rápido. Un grupo de entre 15 y 20 personas me cogieron y me levantaron para arriba”. En ese instante la joven pensó que era un gesto más de alegría y jolgorio dentro de la fiesta.
“Todo empezó en el momento que me bajaron. Me dejaron de pie en el centro, el grupo de chicos me rodeó. Me empezaron a zarandear de un lado a otro, con violencia. Me pasaban de unos brazos a otros, de lado a lado. Me ponían las manos por dentro de los vaqueros y por debajo de la camiseta que vestía. Fue cuando empezaron a intentar desvestirme con agresividad. Me rompieron la ropa interior, el sujetador y me dejaron la camiseta hecha jirones. Yo no paraba de gritar. Mis intentos por defenderme fueron inútiles. Se reían de mí. Fue una sensación horrible. No me dejaron hasta que unos a otros fueron pasándose mi ropa interior, poniéndosela sobre la cabeza como trofeo. Me sentí impotente”.
Su voz tiembla al recordar el episodio del que, seis días después, aún no se ha recuperado emocionalmente. La joven de Ciutadella afirma que no recuerda las caras de los chicos que integraban el grupo. “No iban serenos, pero puedo asegurar que eran conscientes de lo que hacían”, asegura. Tras conseguir el “trofeo”, el grupo se dispersó y María explica que se quedó allí, de pie, sin ropa interior, con la camiseta rota, golpeada, con heridas y en estado de shock. También le habían arrancado su bolsa con sus pertenencias.
Lo primero que pensó fue salir de allí. Estaba bloqueada. Por suerte encontró a sus amigas y la acompañaron hasta la Prefectura de la Policía Local. “Fueron ellas que les tuvieron que explicar los hechos. Yo me encontraba en situación de shock”. Después fueron a presentar la denuncia ante la Policía Nacional. “En la Comisaría nos encontramos con otras dos chicas de Ciutadella a quienes les había pasado lo mismo que a mí e iban a denunciar los hechos. Desgraciadamente no fue un hecho aislado”.
Al día siguiente, el Dia de Sant Joan, el juez de guardia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ciutadella citó a las tres víctimas para tomarles declaración. Los dos únicos chicos detenidos e imputados en relación a los hechos también habían pasado a disposición del juez. En el Juzgado también fue citada otra chica que también había sido víctima y que no era de Ciutadella.
María no pudo identificar a ninguno de los dos detenidos. Las caras de los presuntos agresores habían quedado diluidas entre el anonimato del grupo.
“Ante el juez expliqué que había sido víctima de abusos sexuales, fui objeto de tocamientos y me metieron los dedos en los genitales. Las víctimas sólo fuimos chicas y hubo más de las que denunciamos. No fueron sólo lesiones, había un móvil sexual. A esto a un chico no se lo hacen. El mal no sólo fue físico, fue sobre todo psicológico”.
María lamenta que mientras se producían los incidentes frente a Es Molí, posteriormente le comentaron que había policías vestidos de paisano infiltrados en la multitud. “No actuaron, no sé si por miedo a ser agredidos o por miedo a no poder controlar la situación”. En este punto, la joven de Ciutadella denuncia que “me pareció muy fuerte que se estuviera cometiendo un abuso en un lugar público, repleto de gente y con presencia de policías y sin que nadie reaccionara. No puedo entender como podían permitir ver a chicas saliendo del barullo llorando”.
La joven afirma que otros años había participado en el acto de ‘ses avellanes’, aunque resalta que “nunca había visto lo que ha pasado este año”. María también lamenta el trato recibido por las instancias que la atendieron. “Me encontraba en estado de shock y el trato fue muy frío. Parecía que lo que me había sucedido no tenía importancia”.
Ahora la joven de Ciutadella sólo pide justicia y que su testimonio sirva para que se apliquen medidas y se tomen soluciones para que no vuelva a repetirse el mismo incidente ningún año más. “Sant Joan está cambiando y creo que hemos llegado al límite. Después de ocurrirme esto no me sentía que estuviera en las fiestas de mi pueblo”, dice, mientras aboga por más presencia policial disuasoria durante las fiestas.
Para María, después de la agresión, Sant Joan perdió toda la alegría. “Evité quedarme en casa porque toda la familia estaría pendiente de mí. Salí para seguir los actos y los caballos pero no hice fiesta. Sant Joan dejó de tener significado y todo lo que vi me pareció un sinsentido”.
El juez no ve abuso sexual y califica el delito de lesiones
Los incidentes denunciados se produjeron en la tarde del dia 23. Ese mismo día, las víctimas denunciaron los hechos ante la Policía Nacional. Mientras, los agentes municipales habían detenido e identificado a los dos jóvenes procedentes de Mallorca.
El juez de guardia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ciutadella tomó declaración a los dos presuntos agresores y a las tres víctimas de Ciutadella que habían denunciado los hechos, además de a una cuarta chica afectada. Según fuentes judiciales, el juez ha abierto diligencias por un delito de lesiones, al considerar que los hechos descritos encajan dentro de este tipo penal.
Los imputados fueron puestos en libertad con cargos, acusados de un delito de lesiones. En este sentido, en las diligencias se ha suprimido toda connotación sexual relacionada con los incidentes. Este hecho ha indignado a las víctimas.
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