Una chica moviliza sin saberlo a cientos de moldavos para poner fin a un Gobierno corrupto. Miles de internautas unen sus críticas y consiguen frenar los ingresos publicitarios a un programa de televisión de dudosa reputación. Internautas de todo el mundo denuncian los abusos policiales en una manifestación al tiempo que tumban una iniciativa legislativa que quiere recortar los derechos en internet. El Quinto Poder ha llegado, se llama red social y ya ha demostrado lo influyente que puede llegar a ser.
La primera vez que se demostró ésta influencia fue el 11 de marzo de 2004. El día no había hecho más que empezar cuando diez bombas se activaron de forma casi simultánea en varios trenes de Cercanías de Madrid. Doce horas después, varios SMS se multiplican de móvil a móvil convocando una manifestación al día siguiente. Era la primera vez que los ciudadanos usaban la tecnología móvil para comunicarse de una manera viral.
Otros van diez años atrás para señalar el comienzo de estas sinergias en línea. “En 1994, Geocities creaba sus 'barrios' dependiendo de sus gustos para aunar sinergias y poner en común aficiones e inquietudes”, dice el tuitero @Kurioso.
Desde entonces y durante ocho años, la sociedad española se ha acostumbrado a las redes sociales y a la agilidad que tienen. Desde ese momento algo cambia en el modus operandi de los movimientos sociales. El Quinto Poder lo acelera todo, es más fácil unirse y pensar en grupo, independientemente de dónde se encuentren las personas. Las posibles conexiones sociales se multiplican de manera desconocida.
Aunque fue “muy rudimentario”, el clásico ‘pásalo’ de los SMS puede entenderse como la chispa que luego ha explotado en Twitter, Facebook o Actuable, explica @PabloHerreros. Con su encuesta en actuable.es, Herreros consiguió hacer temblar a ‘La Noria’ por su entrevista a la madre de un presunto cómplice en el asesinato de Marta del Castillo.
El caso de ‘La Noria’ no era la primera vez que el Quinto Poder llamaba la atención a ‘los de arriba’. En 2009 y 2010, los internautas se organizaron para mostrar a la gente en qué consistía la Ley Sinde. El objetivo: tumbar una ley que perjudicaba los derechos de los internautas. “Fue uno de los hechos más relevantes que hemos conocido en la movilización de las redes sociales”, explica Ricardo Galli (@gallir), el fundador de meneame.net.
Entonces se empezó a hablar de Twitter, la red social viral por excelencia enseñaba las orejas con la etiqueta (hashtag) #leysinde. Pero el desarrollo ha continuado e iniciativas como actuable.es, permiten proponer debates y votaciones en las que los internautas tienen que dar la cara, con nombre y apellidos. “Los ciudadanos son parte activa y visible, así que internet no es un mundo lleno de encapuchados”, sentencia Herreros.
Convertir lo personal en social
Al principio era internet a palo seco. Nos sentábamos solos delante del ordenador, abríamos nuestra primera cuenta de correo y lo más cercano a lo social llegaba con el Messenger. Poco después, las redes sociales nos descubrieron que con internet es más fácil encontrar puntos comunes con otros usuarios, y que “una pataleta en una barra puede convertirse en un debate más amplio”. Herreros compara la interacción social en internet con una conversación de bar en la que dos amigos tratan de salvar el mundo.
“Al final, toda red social lleva implícito la creación de una comunidad que 'ordena' inquietudes”, y la única diferencia es que ahora “podemos tuitear a millones de personas”, resume @kurioso.
De la #leysinde se pasó al #no les votos, para algunos, el germen del sentimiento ‘indignado’ que meses después floreció en las calles. Facebook y Twitter se convierten en las herramientas de organización y convocatoria más importantes del movimiento, y los hashtags cambian de un día para otro: #15M, #spanishrevolution, #acampadasol, #democraciarealya… Pero la utilidad de las redes sociales no fue un descubrimiento de los ‘indigna2.0’.
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