Los machos del capulinero grande, un ave típica australiana, consiguen pareja al decorar sus sitios de cortejo de modo que crean una ilusión óptica, según revela un estudio publicado en la revista Science. Para cortejar a las hembras, estas aves reúnen una colección de huesos, conchas, piedras y otros objetos de color gris y pasan horas organizando las piezas frente de una especie de pasillo formado por dos paredes y un piso de paja densamente entretejida. El macho pone los objetos más grandes más lejos de la entrada de la avenida y los más pequeños más cerca. Dado que los objetos normalmente parecen más pequeños con la distancia, crea la percepción de que los objetos son todos más o menos del mismo tamaño. Cuando la hembra "se asoma" a través de este túnel, experimenta una ilusión óptica que se conoce como "perspectiva forzada".
En el nuevo estudio, Laura Kelley y John Endler demuestran que las hembras de esta especie tienden a elegir machos cuyas construcciones producen las mejores versiones de esta ilusión. No queda aún muy claro por qué la ilusión está ligada al éxito de apareamiento, pero una posibilidad es que, cuando la decoración parece más uniforme, los objetos en colores brillantes que muestra el macho captan mejor la atención de la hembra. También es posible que este arreglo espacial haga que el pasillo se vea más pequeño y el macho proporcionalmente más grande.
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