En un estudio con resonancia magnética funcional, los profesores Takashi Tsukiura y Roberto Cabeza, del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke (EE UU), demostraron hace poco que recordamos mejor los nombres de personas que sonríen. En sus experimentos, pidieron a un grupo de voluntarios que observaran fotografías de personas sonrientes y de personas serias, seguidas de sus nombres de pila. Las imágenes del cerebro de los sujetos revelaron que la corteza orbitofrontal y el hipocampo mostraban más actividad cuanto aprendían y recordaban los nombres de las personas sonrientes.
Esto se debe a que somos más sensibles a las señales sociales positivas. Nuestras neuronas espejo "desean que recordemos a las personas que han sido amables con nosotros, en caso de que debamos relacionarnos con ellas en el futuro", sugiere Tsukiura. "Los procesos de la memoria pueden mejorar cuando recibimos una recompensa, y señales sociales como una cara sonriente suelen ser muy gratificantes para los humanos", aclaran los investigadores en la revista Neuropsychologia.
De hecho, estudios anteriores revelan que las caras sonrientes se identifican antes que otras expresiones faciales. Y que las personas que sonríen nos parecen más honestas, más atractivas y más amables (incluso aunque no lo sean).
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