Steve Jobs puede descansar tranquilo. Casi cuatro meses después de fallecer, Apple, la compañía que él fundó, es todo un gigante con raíces sólidamente asentadas, con el mismo valor bursátil que Microsoft y Google juntas.
De unos años a esta parte, su progresión en bolsa ha sido meteórica.
En junio de 2010 el gigante de Cupertino alcanzaba a Microsoft en bolsa y poco a poco ha ido abriendo brecha con sus competidores tecnológicos.
Sus 414.000 millones de dólares de capitalización están muy cerca de los 431.000 millones que suman, juntas, Microsoft (con 247.000 millones de dólares) y Google (184.000 millones).
El dato es muy significativo porque ambas compañías son rivales directos de Apple.
Y los dos en el segmento de los sistemas operativos móviles, un negocio capital en Apple. Microsoft con Windows Phone 7, con muy pocos meses en el mercado, y Google con Android, más consolidado. Dos plataformas que no dejan de trabajar para competir con el fabricante norteamericano.
La batalla de Apple no se libra ahora, ni mucho menos, con ninguna empresa tecnológica. Sus objetivos pueden ser más elevados.
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