Al igual que el hambre agudiza el ingenio, la crisis parece que ha despertado el ánimo de los empleados españoles: casi la mitad reconoce que ha aumentado su productividad para superar estos momentos de incertidumbre, con lo que nuestro país se acerca a los ratios que maneja Alemania. En España son los profesionales entre 45 y 65 años los que mejor han aprendido a rendir más en su puesto.
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La productividad es un concepto complejo y curioso a la vez que trae de cabeza a buena parte de los gobiernos. Es la relación que existe entre la producción obtenida y los recursos utilizados para conseguirla. Por tanto, producir más con menos eleva el resultado de manera interesante, un dato que esgrimen con orgullo países como Alemania que, paradójicamente, aún se encuentra muy lejos de los nórdicos.
Si para algo ha servido la crisis española ha sido para acortar distancia con los germanos: en 2009 la productividad del trabajador español fue de 73.358 dólares, no muy lejos de los 74.323 dólares en Alemania, según los últimos datos de The Conference Board. Entre los países que se encuentran a la cabeza de este listado se encuentra Luxemburgo (119.451 dólares) y Noruega (107.693 dólares), ambos a distancia de Estados Unidos, donde la productividad es de 99.113 dólares por trabajador.
La productividad española crece
Randstad ha realizado una encuesta a empleados españoles que confirma que la incertidumbre económica tiene un lado positivo: el 42% de los mismos opina que desde el inicio de la crisis ha aumentado su productividad, cifra que se eleva hasta el 52% de los entrevistados con estudios universitarios. No obstante, este sondeo revela que el 25% de los trabajadores cree que la productividad se ha mantenido igual, mientras que el 33% cree que se ha reducido desde el inicio de la crisis.
En 2009 la productividad del trabajador español fue de 73.358 dólares, no muy lejos de los 74.323 dólares en Alemania
Son los empleados sin estudios los que menos han aumentado su productividad, un 36%. Sin embargo, el 52,46% de éstos ha sido los que más horas han permanecido en su puesto por miedo a perder su empleo.
Sin duda, el dato más optimista de esta encuesta es que la productividad por hora trabajada en España creció a un ritmo del 1,5% anual entre 2005 y 2010 (según datos de The Score Board). En la zona euro, sólo Irlanda logró superar esa evolución, con un incremento medio del 2% en cada ejercicio. La media en esa región en el mismo periodo registró un aumento anual de su productividad del 0,6%, mientras que en el conjunto de la UE fue del 0,8%.
Según el INE, el incremento que se produjo en 2010 fue del 2%, debido al descenso de la remuneración de los trabajadores (-1,7%), aunque la reducción media del salario de cada trabajador fue del 0,8%.
Pagar más a los que más aportana
Remunerar de forma adecuada a los empleados que más aportan a la organización es aún un reto que tiene por delante buena parte de las empresas españolas. Los expertos reconocen que este puede ser uno de los motivos que frena la productividad de los profesionales más brillantes porque no encuentran ningún beneficio en dar lo mejor de sí mismos.
El 57% de los profesionales de recursos humanos apuesta por ligar salarios y rendimiento (según un estudio elaborado por el grupo RHM de Comunicación), un desafío difícil de cumplir. Hoy por hoy son las tasas de inflación las que determinan el incremento salario y las premisas de la negociación retributiva. Un informe de Hay Group refleja que en los últimos cinco años, la productividad media en el conjunto de Europa creció un 1,4%, mientras que los salarios siguieron una línea igualmente ascendente y, en muchos casos, igual que en nuestro país, esta línea ha corrido paralela a la inflación.
Por ahora existen pocas empresas que se salgan de esta tendencia. Un ejemplo es Iberdrola que, en su último convenio colectivo decidió ligar la revisión de los salarios a la productividad. En concreto, los trabajadores de la empresa contarán con un incremento anual del 1%, al que s sumará un 0,5% si se cumple el 100% del objetivo fijado para el resultado operativo del grupo cada año, o un 2,5%, hasta alcanzar un máximo del 3,5%, en caso de que supere el objetivo en un 120%.
En cualquier caso, el ejemplo de la multinacional de energía es sólo uno. El gran desafío de las empresas españolas es pagar más a los que más aportan. La única solución para lograrlo es evaluar a cada profesional de manera correcta y, siempre, vincularlo a un paquete retributivo individual y que marque la diferencia.
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