Imagínese una buhardilla llena de muebles antigüos o que carecen de valor. No hay ni un hueco y necesita espacio. Una opción es ponerlos en venta para sacar cuatro euros. Otra es llevar esos muebles a otro trastero que comparte con la comunidad de vecinos y restaurarlo para sacar algo más de dinero.
Esta situación ficticia representa lo que quieren hacer los bancos con sus activos inmobiliarios más difíciles de vender. La Caixa y Bankia han unido fuerzas para crear un banco malo con suelos y promociones de viviendas que no tienen salida en el mercado tan fácilmente, explicaron a lainformacion.com fuentes del sector.
De momento, ambas entidades financieras han dado el "sí quiero" a este proyecto, mientras que Banco Popular está estudiando su entrada. Aguirre Newman, la firma Lazard y el despacho de abogados Uría y Menéndez también pondrán su granito de arena.
En concreto, los bancos aportarían suelos sin ningún avance urbanístico, así como residencias en la costa o en regiones donde el stock de pisos terminados y vacíos es muy alto, por lo que vender una casa se convierte en un milagro.
¿Cuáles son las ventajas de este proyecto? Una de ellas es que reforzará la actividad comercializadora en esos activos inmobiliarios ilíquidos, de manera que desatascará la cartera de inmuebles que las entidades financieras se han adjudicado en los últimos dos años, explicaron expertos del sector.
Los mismos expertos creen que si las entidades financieras se encuentran más aliviadas respecto a su carga inmobiliaria, tendrán más oxígeno para inyectar dinero al mercado financiero.
Beneficios contables
Otro punto a favor de la creación de este banco malo se encuentra entre las normas contables. El objetivo de las entidades financieras es sacar de sus balances los terrenos y las viviendas indeseables para enchufarlas en esa nueva sociedad.
Lo lógico sería que esos inmuebles entren en ese banco con descuentos de precios para poder venderse con más facilidad, señala un agente inmobiliario a este diario. Por ejemplo, la Caixa o Bankia valoran una determinada casa en sus cuentas por 300.000 euros. Si transfieren esa vivienda a la otra sociedad, el banco ajusta su valor a 150.000 euros para ser más vendible. El problema estriba en las provisión por la diferencia de valores.
Aunque parece un camino de rosas, no lo es. De hecho, el proyecto se está ralentizando por los asuntos de contabilidad que hay que tener en cuenta a la hora de transferir esos activos inmobiliarios a esa sociedad y el calendario de provisiones marcado por el Banco de España, explicaron las mismas fuentes.
Las exigencias del Banco de España
El órgano regulador está siguiendo de cerca la creación de esta inmobiliaria. De hecho, ha requerido que la nueva sociedad tenga vida propia para evitar que los bancos aparquen sus activos inmobiliarios tóxicos en una sociedad.
Por eso, ha solicitado que el proyecto perciba unas rentas procedentes del alquiler de casas y también que haya un inversor que destine dinero a proyectos. De esta forma, se podría añadir valor a los terrenos o a las viviendas durante los próximos dos años. Una solución que evitaría más provisiones a los bancos.
Experiencias anteriores
No es la primera vez que las entidades financieras crean una sociedad para enchufar sus activos más tóxicos. Ahorro Corporación junto a Gerens Hills construyó uno en el que ocho cajas de ahorros volcaron sus peores activos inmobiliarios.
Con ese proyecto llamado Aliancia Zero tuvieron los mismos problemas a los que se enfrenta el de Bankia y La Caixa. Cómo contabilizar la nueva participación en la sociedad y cómo sacar del balance los activos.
Al inicio, Alianzia mantuvo su protagonismo nada más salir del mercado, pero con el paso del tiempo su actividad fue ralentizándose. Una situaicón que el Banco de España quiere evitar a toda costa con el banco malo de Bankia y La Caixa.
Las losas de los bancos
Debido al pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la banca ha ido engrosando su cartera inmobiliaria hasta tal punto que el valor de sus activos llega a ser mayor que el de las empresas especializadas en el sector.
Por ejemplo, Bankia cuenta con una cartera de inmuebles valorados en 4.586 millones de euros. En cambio, la inmobiliaria de La Caixa, Servihabitat, agrupa activos por valor de más de 3.500 millones de euros.
Quien se lleva el palmarés es el grupo Santander que maneja una cartera inmobiliaria por valor de 5.665 millones de euros, según sus últimos datos en diciembre de 2010. Tanto Santander como BBVA no han concurrido a crear este tipo de sociedad o bancos, ya que cuentan con un amplia red comercializadora.
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