La acampada en Sol cumple cinco días desde que llegasen los primeros acampados tras la manifestación del 15 de mayo, que fueron desalojados por la policía. Alguien ha llevado una tarta a los asistentes para celebrarlo. “Podéis pasar a recoger vuestro trozo, que seguro que hay para todos”, indica uno de los participantes por megafonía.
Ni la lluvia de esta noche ni el calor del miércoles, ni la decisión de la comisión electoral de no autorizar la protesta han conseguido echarles.
Tito, que colabora en la comisión de información, ha estado desde el principio. “Fui de los primeros en traer fruta y ayudé a montar las primeras mesas y puestos”, explica para RTVE.es.
Lo más gratificante, asegura, “es ver que estamos removiendo la conciencia de la gente” al tiempo que es indignante que los gobernantes no nos escuchen. “Los políticos se equivocan bastante si piensan que esto va a ser cosa de cuatro días”, advierte.
Aunque en un principio se habla de que el campamento se mantenga hasta las elecciones, este participante no descarta quedarse más tiempo. “No pienso que nos vayamos a ir con lo que hemos conseguido”, ha indicado.
Preparan un manifiesto
Tito asegura que han celebrado varias asambleas para preparar un manifiesto único que recoja sus denuncias y peticiones y que probablemente puedan difundir a lo largo de este jueves. Asegura que llevan varios días elaborándolo porque “es muy difícil unificar ideas cuando se tratan temas importantes” y prefieren ir sin prisas para no cometer errores.
Algunos de los puntos que contempla el texto, según ha podido adelantar para RTVE.es, es que pedirán la abolición de la deuda para los desahuciados y que aumenten las pensiones de los abuelos que cobran 300 euros al mes, una cifra, asegura, “que les obliga a vivir por debajo del umbral de la pobreza”.
Tino también critica el desalojo forzoso de la madrugada del lunes, primero por la falta de cámaras de medios de comunicación, y segundo por la violencia que a su juicio sufrieron. “Retorcer muñecas y meter los dedos en el cuello no es una disolución pacífica”, protesta.
No obstante, la relación con la policía esta transcurriendo sin incidentes. “Los propios policías nos comentan, porque en tres días hemos podido dialogar con ellos, que se sienten identificados por la causa. En las concentraciones que se están produciendo en algunas embajadas incluso los propios agentes han llevado café a los manifestantes”, asegura.
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