Tras las elecciones, una vez conocidos los ganadores, los votantes masculinos que los apoyaron mantienen niveles estables de testosterona, mientras que los partidarios de los perdedores del sufragio sufren una caída de los niveles de testosterona, según revelaba un estudio de la Universidad de Duke y la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. Este descenso de la hormona masculina por excelencia es especialmente pronunciado 40 minutos después de que se conozcan los resultados. “Los votantes se ven fisiológicamente afectados en función de si su candidato gana o pierde las elecciones”, explica el neurocientífico Kevin LaBar, coautor del estudio que se publicaba en la revista PLOS One.
La testosterona es una hormona esteroidea producida en los testículos y ligada a la agresividad, a la capacidad de asumir riesgo y a la respuesta ante las amenazas. Las mujeres también la producen en menor cantidad y en diferentes órganos (ovarios y glándulas adrenales), lo que las hace menos sensibles a experimentar cambios rápidos en la testosterona tras una victoria o una derrota.
Los investigadores postulan que cambios hormonales similares ocurren tras un partido de fútbol o de baloncesto, así como en otras competiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario