Siemens y BMW se han unido para crear un nuevo sistema de carga inductiva para vehículos eléctricos que se probará a partir de junio de 2011. Este nuevo sistema también se puede utilizar como unidad de almacenamiento, lo que permitiría acumular el excedente de producción mediante energías renovables como la energía solar o la energía eólica.
En la última feria del Hannover se presentó una innovadora estación de carga que podría representar el futuro de los coches eléctricos y eliminar sus problemas de carga. Se trata de una tecnología que funciona gracias a dos bobinas, una subterránea y otra en el interior del coche. De este modo, cuando el coche se sitúa en un punto concreto del pavimento, las dos bobinas se sitúan a una distancia muy pequeña y se produce la carga inductiva de las baterías del vehículo.
Uno de los puntos más importantes es la eficiencia de transmisión de la energía entre la bobina secundaria instalada en el coche y las baterías del mismo. Gracias a esta tecnología se consigue una eficiencia de más del 90 por ciento en esta transferencia energética.
Además, el sistema no produce ningún daño a otros aparatos electrónicos ni a las personas, pues el campo magnético que genera la electricidad no supera en ningún caso, el límite internacional recomendado de 6,25 microteslas.
El próximo mes de junio Siemens y BMW testearán un prototipo con una potencia de carga de 3,6 kW. Sistemas de carga de inducción de este tipo podrían ser una solución para los problemas de carga de vehículos que suelen estacionarse en lugares públicos durante cortos periodos, como ocurre con los taxis.
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