martes, 13 de marzo de 2012

Robots sociales

Como si fuera un ser humano, Maggie va creciendo poco a poco. No en tamaño, esta rana gigante se mantiene en su poco menos de metro y medio pero sí que ha evolucionado en estos más de seis años que han pasado desde su nacimiento. Un origen, por cierto, que comenzó con el nombre de 'Magellan' pero que la familiaridad convirtió en Maggie. No es única en su especie pero sí que se mantiene en el top mundial de los robots capaces de interactuar de manera autónoma con los seres humanos. Una interactuación que se prolonga las poco más de dos horas que le dura la batería y que ella misma se encarga de renovar acudiendo por su cuenta a la fuente de energía.

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