Ana Obregón lleva avisando unos meses que sus memorias «van a dar mucho que hablar». Eso nadie lo duda conociendo a la polifacética bióloga, que maneja como nadie lo de estar en el 'candelabro'. Y para abrir boca, nada mejor que hablar de su situación sentimental, esa que media España ha seguido al dedillo, pero en la que no hay sorpresas... por el momento. Su hijo es el único que ocupa su vida.
«Tengo el corazón más a gusto que nunca. Mi felicidad no depende de nadie. Exijo tanto que cada vez que conozco a alguien, me digo: 'Uf, qué pereza'», desvela en la revista 'Hola'. De hecho, entre sus planes actuales no figura ni por asomo buscar una media naranja con la que compartir la vida, «que me quitaría la mitad de mi armario para meter sus cosas. Tiene que ser mucho hombre», advierte la Obregón a quienes piensen postularse como pretendientes.
Y, por supuesto, que no olviden que deben tener menos años que ella. «Siempre he salido con hombres más jóvenes que yo, y me han criticado, pero lo que me hace gracia es que ya les gustaría a los 'criticadores'. Entiendo que a las cuarentonas se nos acerquen más los veinteañeros. La experiencia que les puede dar una mujer hecha y derecha, con todo lo que ha vivido y todo lo que sabe, tiene que gustarle a un hombre». Declaraciones que han hecho que en internet le hayan recordado irónicamente que hace muchos años que dejó los 40.
«Lo bueno de cumplir años es que ya tienes una experiencia de la vida y de las situaciones. Ahora me siento en el mejor momento de mi vida». Y por eso incluso ha redecorado su casa en plan zen. Incluido el suelo blanco que luce en todos los casoplones de Miami y que ella se ha hecho traer expresamente para ir a la última. Faltaría más.
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