Las redes sociales son un hervidero de buenas intenciones, frases divertidas, fotografías, y también de insultos. Pero aquellos que se van de la lengua podrían enfrentarse a duras sanciones económicas. Es el caso de M. P. A. A., que decidió enfundarse una camiseta con la leyenda "mi exmarido es gilipollas" y subirla a Facebook.
El aludido decidió denunciar porque la imagen podía ser vista por terceras personas y al final la justicia le ha dado la razón.
Su exmujer tendrá que abonarle 1.000 euros en concepto de daños y perjuicios.
“Facebook no es la mejor empresa para hablar de privacidad y seguridad de los usuarios, pero cada vez existe mayor concienciación”, destaca el despacho de abogados especializados en el anonimato en internet, www.salirdeinternet.com
No es, ni mucho menos, el único caso de sentencia a favor de quienes han denunciado daños morales por publicaciones de insultos y vejaciones de terceros en redes sociales.
El Ayuntamiento de Barcelona abrió un expediente a un guardia por insultar a los acampados del 15M: "Lo mío ha sido como estar en una pastelería y no poder comer ni un trocico de pastel... tanto hijo de puta y ni una colleja he podido dar...", rezaba uno de los mensajes en su muro de Facebook.
Un guardia del Palacio de Buckingham fue apartado de su servicio de seguridad debido a publicaciones ofensivas en su muro de Facebook. Los medios británicos reportaron que el guardia llamó a Middleton "estúpida vaca creída" y utilizó una obscenidad para describirla en su Facebook, insultos que el Ministerio de defensa declinó confirmar.
En Madrid, el Tribunal Superior de Justicia declaró que el despido de un trabajador que criticó a su empresa en Facebook escribiendo las palabras “Fuck EasyJet”, no era nulo.
El denunciado pidió una excedencia en EasyJet para participar en un programa de televisión como concursante y le fue concedida, pero tras cancelarse finalmente su participación trató de regresar a la empresa.
EasyJet se negó tras descubir que, con anterioridad, el trabajador había descalificado e insultado a la empresa en Facebook.
La persona que había publicado el comentario intentó que el despido se declarase nulo, pero, finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no aceptó este extremo.
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