Nada más abrir los ojos y encender la lámpara, los españoles habrán gastado un poco más que el día anterior en electricidad. A partir de hoy, el precio de la luz sube una media de un 1,5% (o 0,5 euros en el recibo mensual) para aquellos con Tarifa de Último Recurso (la más extendida), después de la actualización que se ha aplicado para el trimestre actual.
Pero, ¿no dijo el Gobierno que no tocaría la luz en lo que queda de año? Eso aseguró, en efecto, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, pero los costes del precio de la energia han subido un 2,7% y han terminado repercutiendo en la luz de los hogares.
La promesa del Ejecutivo fue una forma de calmar a los consumidores después de decretar un alza del 10% en este servicio al empezar 2011 y mantenerla, aquella vez sí, congelada en abril.
Luz aparte, al español también le saldrá más caro hoy ducharse o calentar el café en el fuego. Da igual si tiene instalado el gas natural o todavía usa bombona de butano. Ambas fuentes son a partir de hoy un 5,7% más caras.
Para la energía generada por gas, el aumento será de 2,37 euros en su recibo, mientras que la bombona naranja pasa de 14 a 14,80 euros. En seis meses, el butano ha elevado su coste en dos euros, desde los 12,79 euros en los que se situaba a finales de 2010.
El café del desayuno sabrá amargo si el español mira a su alrededor y se pone a calcular lo que paga de hipoteca por su casa. Porque el euríbor, que es el principal indicador a partir del que se fija el coste de los préstamos, cerró ayer el mes de junio en un 2,144%, tres milésimas por debajo de la media de mayo.
La cifra significa muchas cosas y la única positiva es tan pequeña como esas tres milésimas. Porque el euríbor importa en función de su estado un año o seis meses atrás.
En primer lugar, todo ciudadano al que le toque revisar su hipoteca en junio tendrá que pagar la diferencia de 0,863 puntos porcentuales que separa el índice actual de su hermano de hace un año: para un crédito de 150.000 euros a 25 años y con un diferencial del 0,8%, el aumento de las cuotas mensuales será de 65,24 euros. O bien 782,88 euros en todo el ejercicio.
Si la revisión del préstamo hipotecario es semestral, el encarecimiento será algo menor, de 47,10 euros al mes y 282,6 euros en todo el periodo. La rebaja entre uno y otro lo explica el acelerón que está experimentando el euríbor en los últimos meses, a rebufo de las intenciones de subir los tipos de interés mostradas por el Banco Central Europeo.
Agobiado por tanta adversidad sin haber salido de casa, el ciudadano encuentra cierto alivio al coger el coche. Muy lentamente, se empieza a notar la caída del precio del petróleo en los carburantes de venta al público. Con el coste del barril Brent en el entorno de los 111 euros (frente a los 125 que rozó en abril), la gasolina se ha abaratado en el mes de junio entre tres y cuatro euros y el gasóleo, en poco más de dos.
Algo es algo, porque la vida continúa encareciéndose a cada paso. Según el IPC dado a conocer por el INE, los precios subieron en España un 3,2% de media durante el mes de junio, tres décimas menos que en mayo. Con ella, se recorta la distancia respecto a la media europea, que está en el 2,7%... aunque la cesta de la compra española es todavía de las más elevadas del continente.
Porque el coste de la vida ha subido en todos los elementos. ¿En todos? No. Como si fuera una paradoja contra las grandes medidas sanitarias del Gobierno, el tabaco y el alcohol son los responsables de que los precios no suban tanto.
Lo que, en términos estadísticos significa que su coste desciende. En el tabaco, las caídas se acercan al 10% en las principales marcas desde el mes de enero, después de la guerra emprendida por las tabaqueras entre mayo y junio.
También empiezan hoy las rebajas de verano. Con un cigarrillo o una cerveza (o con las dos cosas) en la mano, el español tiene con lo que consolarse frente al encarecimiento generalizado de nuestras vidas.
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