El presidente de Commerzbank dice hoy en voz alta lo que muchos en Centroeuropa piensan. Martin Blessing aboga por dejar caer a Grecia en la quiebra, sin prolongar más los inútiles rescates, y dejar que aborde una reestructuración de la deuda que resuelva el problema de forma definitiva.
"El camino será rocoso, pero pasable", dice Blessing en una entrevista que publica hoy el diario 'Frankfurter Allgemeine' en la que explica que ese escenario de crisis reiteradas y alternas en la periferia europea no puede sostenerse durante más tiempo.
Hace sólo un par de semanas, Blessing confirmaba que su banco participaría voluntariamente en el segundo rescate a Grecia con una contribución al paquete conjunto de los acreedores privados de 50.000 millones de euros, pero ahora constata que todos estos esfuerzos son tumbados por los mercados en apenas un par de sesiones y tras la intensificación de los problemas en varios países pide a las autoridades europeas que asuman la situación real.
"La situación es ya tan grave que no hacer nada no es una opción, no hay acuerdo sobre cómo abordar el problema y la infección de Italia y España parece inevitable", argumenta el presidente del segundo mayor banco de Alemania.
Reestructurar la deuda griega
A juzgar por algunas filtraciones a la prensa, Blessing no es el único que piensa así. El diario austríaco Der Standard publica hoy que "La zona euro se está planteando la reestructuración de la deuda de Grecia", en un artículo sobre la crudeza de las discusiones en la reunión de más de ocho horas de duración que tuvo lugar ayer en Bruselas y en la que no se consiguió un acuerdo para lanzar el segundo rescate a Grecia precisamente porque, según este periódico, crece el número de voces que considera que la opción más razonable es ya la reestructuración.
Los gobiernos de Berlín y La Haya habrían aumentado la presión en este sentido mientras a la sala de reuniones llegaban los datos de la evolución de la prima de riesgo de Italia y España.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se ha negado en redondo a doblar el volumen del fondo de rescate desde los 1,5 billones de euros con el fin de prepararse para una posible operación de socorro de Italia y tras recibir el BCE peticiones al respecto desde Bruselas.
Merkel estaría, por tanto, respondiendo públicamente a quienes de forma interna están dispuestos a promover la ampliación del fondo poniendo como argumento los 120.000 millones de euros que los bancos alemanes poseen en bonos de deuda italiana. Nadie es capaz de calibrar todavía, sin embargo, hasta qué punto la posición alemana, que será determinante, se inclina hacia dejar quebrar a Grecia.
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