Hacienda se ha tomado muy serio el análisis de las estrategias contables y fiscales de las grandes fortunas españolas, caso de las familias Carceller, Corulla, Samaranch y Botín, y de las principales corporaciones. La última en situarse en su punto de mira ha sido Telefónica, de la que los inspectores tienen dudas sobre el tratamiento fiscal que hizo de 2.810 millones procedentes de la desinversión de Endemol en 2007.
La operadora vendió la productora de Gran Hermano hace cuatro años a un consorcio formado por Goldman Sachs y Mediaset por 2.630 millones de euros. Acto seguido, la compañía se apuntó unas plusvalías de 1.368 millones porque el precio de la transacción era superior al valor teórico contable, pese a que Telefónica había comprado Endemol en el año 2000 por 5.500 millones.
Aunque aparentemente había una pérdida de 2.870 millones, el grupo presidido por César Alierta se anotó las citadas ganancias porque la compra de la productora la hizo en acciones y la venta la recibió en metálico. De esta forma, Telefónica pudo apuntarse como beneficio extraordinario esos 1.368 millones que le permitieron alcanzar una cifra récord de 8.906 millones en 2007.
La cosa no quedó ahí, puesto que, además, la compañía registró en sus cuentas una minusvalía fiscal de 914 millones de euros. ¿Cómo? Pues porque las acciones emitidas para la compra de Endemol se computaron al valor real de mercado (5.500) y como la desinversión se hizo a un precio mucho menor, la diferencia se considera una minusvalía con el consiguiente crédito fiscal. De esta manera, Telefónica restó de su factura con Hacienda esos 914 millones.
Sin embargo, ahora, los inspectores están revisando esa forma en la que la empresa contabilizó ambas operaciones. Consideran que puede haber una contradicción. No obstante, la empresa asegura estar muy tranquila y aclara que la revisión de las cuentas es la que hace el equipo de tributos cada cuatro años de forma recurrente. Explica que la operación era muy clara y que por ese motivo se trasladaron rápidamente los beneficios a la cuenta de resultados al contar con el beneplácito de Hacienda.
Declaraciones contradictorias
No obstante, a la confusión también han contribuido unas recientes alegaciones de la propia Telefónica por una demanda por el caso Terra. La operadora indica en un escrito judicial que con la venta de Endemol no obtuvo “una compensación de bases imponibles negativas…, ya que Telefónica obtuvo una plusvalía cercanas a los 1.400 millones de euros”.
Pero en la memoria anual de 2007, la empresa especifica que su factura con Hacienda se redujo principalmente por el crédito fiscal registrado por “el reconocimiento de una mayor base imponible negativa por un importe de 2.812 millones originado en la venta de la participación en Endemol Investment Holding, como diferencia entre el valor fiscal y el valor contable de las acciones de Endemol en el momento de la enajenación”. El efecto positivo, detalla, en la cuenta de resultados consolidada ascendió a 914 millones.
El forcejeo entre Telefónica y Tributos se produce porque la compañía aún sigue reclamando otro crédito fiscal de 2.600 millones por la base imponible negativa derivada de la venta de Lycos en 2004 por 89 millones, tras haber pagado más de 8.000 en el año 2000. La pelea con el Ministerio de Hacienda dura cerca de seis años.
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