Las estrictas sentencias en materia de patentes de varios tribunales alemanes han tenido como consecuencia que el gigante electrónico Microsoft ponga pies en polvorosa y traslade a Holanda el depósito y centro de distribución que hasta ahora tenía en Alemania.
Los primeros daños colaterales los sufre la empresa alemana Arvato, subsidiaria de Bertelsmann, que tenía subcontratada la gestión del depósito y la distribución a clientes y tiendas del 'software' y de otros productos de Microsoft como la consola de videojuegos XBox.
Pero la decisión marcará tendencia y amenaza con deslocalizar de Alemania actividad comercial relacionada con la alta tecnología.
El sector calcula que la salida de Microsoft tendrá como consecuencia inmediata la pérdida de unos 100 puestos de trabajo en Alemania. Esta cifra no parece importar a las autoridades, que gestionan una situación prácticamente de pleno empleo en el país, pero las corrientes telúricas que puede desatar esta decisión pueden llegar a ser poderosas puesto que la imagen de Alemania como sede del sector tecnológico queda irremediablemente dañada.
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