Un estudio de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla ha demostrado que aplicar corrientes débiles a través del cráneo modifica el aprendizaje de tareas motoras sencillas, acelerando o interrumpiendo dicho proceso en función de la polaridad de la corriente aplicada. Los resultados se publican en la revista PNAS.
Durante la última década, diversas publicaciones han mostrado como el uso de corrientes de baja intensidad aplicadas a electrodos situados sobre la piel de la cabeza puede modificar la actividad de las neuronas cerebrales, situadas bajo dichos electrodos. Esta técnica, denominada tDCS (del inglés Transcranial Direct Current Stimulation), ha suscitado un gran interés en la comunidad científica y médica, que ve en ella una forma simple, económica e indolora de tratar algunas patologías del sistema nervioso como la depresión, la epilepsia, el dolor crónico, el parkinson, o el infarto cerebral. No obstante, existe un gran desconocimiento sobre la forma en la que estas corrientes modifican la actividad de las neuronas a corto y largo plazo.
En el nuevo artículo, los investigadores muestran cómo la aplicación de corrientes débiles a través del cráneo es capaz de modificar los mecanismos sinápticos involucrados en el aprendizaje asociativo. Los experimentos manifiestan que la aplicación de este tipo de corrientes en la corteza sensorial permite aumentar o disminuir el grado de percepción del sujeto ante un mismo estímulo, influyendo en el aprendizaje de nuevas tareas motoras.
Por otra parte, los autores han demostrado en su estudio que los cambios en la actividad sináptica neuronal inducidos por la estimulación eléctrica prolongada están mediados por receptores neuronales para la adenosina, lo que puede tener un importante impacto en la aplicación clínica de esta técnica.
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