“En un día traducimos el texto equivalente a un millón de libros”, escribe en el blog de Google Franz
Och, el líder del equipo de desarrollo del traductor de Google. “Lo que
todos los traductores humanos profesionales producen en un año”,
continúa Och.
El servicio de traducción de Google tiene 200 millones de usuarios activos en todo el mundo, y todavía más si contamos con el uso que se le da en servicios como Google Chrome, YouTube o las aplicaciones para móviles. El 92% de sus usuarios proceden de fuera de Estados Unidos.
Traduce 64 lenguas, incluidas algunas minoritarias como el vasco, el yiddish o el swahili.
Google Translate nació en 2001 con capacidad para traducir ocho lenguas. Och reconoce que la calidad no era muy buena y no mejoró mucho en sus primeros años. Era un servicio lento y hacían falta 40 horas y 1.000 máquinas para traducir 1.000 frases. Hacia 2004 convertía una frase en un segundo y con mejor calidad.
Desde 2003 se empezó a potenciar el servicio y en 2006 se empezó a utilizar el sistema actual, que aprende del uso que hacen los usuarios de la herramienta.
Esto ha traído situaciones curiosas. Los usuarios han aprendido a forzar a las máquinas a realizar ciertas traducciones. Por eso hace poco veíamos cómo al intentar traducir ‘Manuel Fraga’ del gallego al inglés el resultado era ‘Abraham Lincoln’. Por eso, dice Och, los traductores expertos son ahora más necesarios que nunca. Y porque ofrecen unos matices a los que las máquinas no pueden llegar.
El servicio de traducción de Google tiene 200 millones de usuarios activos en todo el mundo, y todavía más si contamos con el uso que se le da en servicios como Google Chrome, YouTube o las aplicaciones para móviles. El 92% de sus usuarios proceden de fuera de Estados Unidos.
Traduce 64 lenguas, incluidas algunas minoritarias como el vasco, el yiddish o el swahili.
Google Translate nació en 2001 con capacidad para traducir ocho lenguas. Och reconoce que la calidad no era muy buena y no mejoró mucho en sus primeros años. Era un servicio lento y hacían falta 40 horas y 1.000 máquinas para traducir 1.000 frases. Hacia 2004 convertía una frase en un segundo y con mejor calidad.
Desde 2003 se empezó a potenciar el servicio y en 2006 se empezó a utilizar el sistema actual, que aprende del uso que hacen los usuarios de la herramienta.
Esto ha traído situaciones curiosas. Los usuarios han aprendido a forzar a las máquinas a realizar ciertas traducciones. Por eso hace poco veíamos cómo al intentar traducir ‘Manuel Fraga’ del gallego al inglés el resultado era ‘Abraham Lincoln’. Por eso, dice Och, los traductores expertos son ahora más necesarios que nunca. Y porque ofrecen unos matices a los que las máquinas no pueden llegar.
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