Virginia Fike no es una mujer normal. Cuando juega a la
lotería Powerball (algo parecido a la primitiva española) utiliza una
curiosa fórmula para rellenar el boleto: el día y mes en que se casaron
sus padres, las edades de ambos y una división por el año en el que
contrajeron matrimonio le dio como resultado un boleto con esta
combinación: 5, 13, 17, 20, 30 y la Powerball (el equivalente al complementario) el 18.
El pasado siete de abril jugó a esa lotería del estado de Virginia. Y le tocó. Con 44 años, esta mujer de Berryville, un pueblo de 3.000 habitantes, se iba a llevar un buen pico.
Primero le dijeron que serían 100.000 dólares. No estaba mal. "Bueno, 100.000 por cada billete", dijo a su familia. Y nadie entendía eso de "por cada billete".
Y es que Flike se equivocó cuando echó el boleto. Quería jugar los mismos números al Powerball y al Megamillions, otra modalidad de lotería. Le dio al botón equivocado y jugó dos veces al Powerball en vez de repartir la apuesta. Se dio cuenta del error, pero siguió adelante. "Bueno, si me toca, me toca dos veces", pensó en ese momento, como declara a la prensa local de Virginia.
El pasado siete de abril jugó a esa lotería del estado de Virginia. Y le tocó. Con 44 años, esta mujer de Berryville, un pueblo de 3.000 habitantes, se iba a llevar un buen pico.
Primero le dijeron que serían 100.000 dólares. No estaba mal. "Bueno, 100.000 por cada billete", dijo a su familia. Y nadie entendía eso de "por cada billete".
Y es que Flike se equivocó cuando echó el boleto. Quería jugar los mismos números al Powerball y al Megamillions, otra modalidad de lotería. Le dio al botón equivocado y jugó dos veces al Powerball en vez de repartir la apuesta. Se dio cuenta del error, pero siguió adelante. "Bueno, si me toca, me toca dos veces", pensó en ese momento, como declara a la prensa local de Virginia.
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