Una adecuada combinación de dieta mediterránea y ejercicio físico puede ayudar a aliviar algunos de los síntomas del síndrome de apnea obstructiva del sueño, un trastorno que se caracteriza por interrupciones anómalas de la respiración o bien por instantes de una frecuencia respiratoria anormalmente baja durante el sueño. Esta enfermedad afecta 1 de cada 25 adultos. Cada cese de la respiración (apnea) puede durar entre unos pocos segundos y unos pocos minutos y ocurrir entre 5 y 30 veces, o incluso más, cada hora.
Los autores, investigadores de la Universidad de Creta (Grecia), examinaron a cuarenta individuos obesos que padecían apnea del sueño. La mitad de ellos siguió una dieta "prudente" -baja en grasas-, y los veinte restantes una dieta mediterránea. Además se recomendó a ambos grupos que incrementasen su actividad física, concretamente que caminasen al menos treinta minutos al día. Asimismo, los dos grupos se sometieron a una terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), que consiste en ponerse una mascarilla que genera una corriente de aire y mantiene abierta la sección superior de las vías respiratorias durante el sueño. Analizando al inicio del estudio, y seis meses después, los cambios en patrones del sueño con ayuda de una polisomnografía, los investigadores observaron que los pacientes que habían seguido la dieta mediterránea habían experimentado un número menor de apneas durante la fase del sueño llamada MOR (movimiento ocular rápido). Las conclusiones se publican en la revista European Respiratory Journal
La dieta mediterránea es una dieta rica en verduras, fruta fresca y aceite de oliva como fuente principal de grasas, así como productos lácteos como el queso y el yogur. Se caracteriza también por una ingesta de baja a moderada de pescados, aves y carne roja, así como un máximo de cuatro huevos a la semana.
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