La noticia llega desde la UWA y el hallazgo ha sido fortuito ya que se encontraban inmersos en otro proyecto cuando dieron con la clave. El resultado, increíble, supone que la alteración de ciertas “drogas de club” o variantes de éxtasis como es el MDMA, son capaces de matar tipos de cáncer en la sangre al mismo tiempo que pueden reducir su psicoactividad.
En el interior de la Escuela de Ciencias Biomédicas, el profesor en Ciencias Químicas y Biomolecular Matthew Piggott explicaba los hechos. El equipo de la UWA se encontraba investigando el uso de la droga metilendioximetanfetamina, conocida como MDMA, en la enfermedad del Parkinson. Los resultados de los documentos acabaron sugiriendo que sus usos también pueden resultar útiles en el tratamiento del cáncer en la sangre.
Lo primero que hay que aclarar es que el MDMA nunca ha sido utilizado como fármaco terapéutico hasta ahora. Más bien se popularizó a finales de los 70 y principios de los 80 como una droga “de club” que inducía a la euforia. Se trata de una sustancia psicoactiva con propiedades estimulantes y empatógenas.
El MDMA se particulariza por sus efectos, relativos a una sensación subjetiva de apertura emocional e identificación afectiva con el otro. Estas propiedades distintivas estarían mediadas por un incremento en los niveles del neurotransmisor serotonina en las sinapsis neuronales y otros neurotransmisores, principalmente la noradrenalina y en menor medida la dopamina.
Pigott cuenta que en el estudio en el que se encontraban inmersos con el Parkinson crearon análogos de MDMA, compuestos de estructura similar que finalmente pueden mejorar las propiedades terapéuticas actuales.
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