Los
desperdicios que durante décadas se han venido acumulando en los
vertederos podría transformarse en el futuro en una importante materia
prima. Y es que no hay que hacerle ascos a la basura, sobre todo si es basura electrónica,
es decir, procedente de teléfonos móviles, impresoras, teclados,
televisores, neveras, lavadoras y otros aparatos. Según cálculos de la
Organización de Naciones Unidas (ONU), cada año se generan en todo el
mundo 40 millones de toneladas de “chatarra” que alberga metales preciosos como oro, plata, platino o paladio.
Por ejemplo, una tonelada de ordenadores contiene ente 200 y 300 gramos
de oro. Solo en China 4 toneladas de oro, 28 toneladas de plata y 6.000
toneladas de cobre
se pierden cada año entre montañas de desechos, según estimaciones del
Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP). Y el ritmo podría
aumentar debido a que, a la misma velocidad vertiginosa que aparecen
nuevos adelantos tecnológicos, otros quedan obsoletos.
Además, teniendo en cuenta que los yacimientos de indio, el metal blando más usado para la producción de las pantallas de cristal líquido (LCD) y las pantallas táctiles, se agotarán como muy tarde en una década, responsables de la industria japonesa y estadounidense ya han anunciado que saldrá a “pescar” estos materiales en los vertederos. Lo mismo está empezando a pasar con el manganeso, un metal raro utilizado como componente de las baterías que se extrae en un 90% en Sudáfrica. O con el tantalio usado en la fabricación de chips para teléfonos móviles. Y hasta con el níquel que se emplea para producir acero inoxidable. No cabe duda de que la denominada “minería urbana” se convertirá en una nueva (y lucrativa) oportunidad de negocio.
Además, teniendo en cuenta que los yacimientos de indio, el metal blando más usado para la producción de las pantallas de cristal líquido (LCD) y las pantallas táctiles, se agotarán como muy tarde en una década, responsables de la industria japonesa y estadounidense ya han anunciado que saldrá a “pescar” estos materiales en los vertederos. Lo mismo está empezando a pasar con el manganeso, un metal raro utilizado como componente de las baterías que se extrae en un 90% en Sudáfrica. O con el tantalio usado en la fabricación de chips para teléfonos móviles. Y hasta con el níquel que se emplea para producir acero inoxidable. No cabe duda de que la denominada “minería urbana” se convertirá en una nueva (y lucrativa) oportunidad de negocio.
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