Hasta ahora, cuando un pequeño promotor se interesaba por producir electricidad para autoconsumo o para vender a las compañías eléctricas, por ejemplo, con una sencilla instalación de placas solares fotovoltaicas en el tejado de su casa, se encontraba ante un calvario de trámites burocráticos interminables y pegas que hacían que la mayoría desistiera del intento.
Este escenario cambiará el próximo año, cuando entre en vigor el cambio normativo que pretende allanar el camino a quienes quieran generar su propia energía, e incluso vender los excedentes a las operadoras. Precisamente, Málaga, tanto por sus especiales condiciones climáticas como por la existencia de un importante conglomerado de empresas especializadas, se sitúa entre las provincias que pueden resultar más favorecidas por esta iniciativa.
Con una instalación de cinco kilovatios y una buena orientación, un tejado podrá generar 7.500 kilovatios hora (kWh) en un año (teniendo en cuenta un promedio de 1.500 horas de sol). De estos, solo consumirá entre 3.500 y 4.000 kWh, y el resto irá a la red. Sin embargo, tendrá que consumir energía de la red general en las horas nocturnas y en los días en que las placas solares no produzcan, de manera que se compensarán los saldos entre lo producido y lo gastado.
El primero de los dos decretos necesarios para que este escenario sea una realidad se aprobó en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones generales. Básicamente, el texto facilita lo que se conoce como «generación distribuida», con una tramitación simplificada y facilidades para la entrada en el sistema de pequeñas instalaciones domésticas en viviendas y pymes. En una segunda fase se añadirá la normativa de «balance neto», que regulará el autoconsumo. La norma regula las condiciones administrativas y técnicas para la conexión de las instalaciones renovables y de cogeneración de pequeña potencia, con lo que el Gobierno cumple con la obligación de trasponer a la legislación española la Directiva Europea de Energías Renovables.
Entre las ventajas, destaca la posibilidad de que el usuario compense parte de su facturación eléctrica mensual con su propia producción y con la venta de los kilovatios que le sobren. Además, tendrá beneficios para el sistema general, al contribuir a reducir las pérdidas en las redes y la seguridad y estabilidad del suministro. Aunque se permitirán instalaciones con un máximo de 100 kilovatios, se creará un procedimiento abreviado para las instalaciones de potencia inferior a 10 kilovatios.
Ciudadanos productores
Isabel de Haro, presidenta de la Agencia Andaluza de la Energía, dependiente de la Junta, respalda un avance que, a su juicio, favorecerá especialmente a las instalaciones fotovoltaicas de techo. «Ahora mismo se está desarrollando un complemento necesario para el neteo de la energía, esto es, para poder vender a la red la diferencia entre lo que consumes y lo que produces. Pensamos que va a ser muy relevante para el desarrollo de la energía fotovoltaica en los próximos años, porque se ha simplificado la normativa y el desarrollo administrativo para su aplicación», afirma. A partir del año que viene, cuando se apruebe este segundo texto, serán las comunidades autónomas las responsables de ofrecer una tramitación administrativa más rápida: «Se han rebajado los requerimientos y lo vamos a aplicar de la mejor manera posible para favorecer ese sector que puede tener un elevado peso en Andalucía». «Se ha publicado en BOE un primer real decreto y falta un segundo texto, pero entendemos que el camino ya está marcado», añade.
Respecto a las posibles pegas de las compañías eléctricas para aceptar estas aportaciones, la experta considera que la norma plantea fórmulas para evitar tales trabas, incluso la Agencia ha propuesto que los puntos de conexión sean automáticos. «De un primer planteamiento con una cierta reticencia creo que ahora las grandes compañías están mucho más abiertas, máxime cuando desde el punto de vista de potencia no va a ser muy relevante, pues cada vivienda o pequeño comercio o edificio de oficinas puede poner en la práctica entre 5 y 50 kilovatios, por lo que desde el punto de vista de aflorar potencia no va a ser tan relevante como lo fue la fotovoltaica de suelo. He visto un cambio de actitud en las empresas», concluye.
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