Diversas medidas podrían reducir el elevado y creciente gasto en alumbrado público de España
El alumbrado público en España consume demasiada energía e ilumina mal. Se gastan 450 millones de euros, casi el doble que Alemania y asciende a un ritmo del 2,6% anual. Diversas medidas podrían reducir de manera ostensible este gasto y aportar una mejor iluminación. Las instituciones y los consumidores son claves para ello.
Utilizar las farolas de la forma más eficiente
Las farolas de alto consumo serían más del 50% en España y, aunque cada vez se cambian más, se mantienen luminarias poco eficientes, según Alejandro Sánchez, investigador de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Las típicas farolas globo tienen una eficiencia del 12% respecto a las mejores que se instalan hoy en día. Unas farolas también muy utilizadas, de casquete superior, desperdician el 50% de la energía.
Otra cuestión es cómo colocar la farola. En Alemania se sitúan por encima de la calle, con un cable, no en los laterales. Así se necesita menos luz. También hay que adaptarla a las condiciones del lugar. Muchos túneles tienen de día una gran potencia que mantienen de noche, con el riesgo añadido de deslumbramiento.
En cualquier caso, habría que realizar estudios para cuantificar todos estos detalles y tomar decisiones correctas. Las luces LED pueden ser un buen o un mal sistema según como se utilice.
Concienciarse de que no hace falta tanta luz
Hay que ser conscientes, como en otros países, de que no se necesita tanta luz. En noches de luna llena, el ojo se adapta y ve bien sin problemas. La luz de la luna ofrece una intensidad de 0,5 lux, mientras que el mínimo exigido en España para una farola son 5 lux.
Las instituciones deberían prohibir las farolas que excedieran los límites y cumplir un plazo razonable para sustituirlas. Para no gastar mucho, se podrían dejar las farolas (suponen el 90% del gasto total) y cambiar las bombillas. La inversión inicial se amortizaría en unos pocos años gracias al ahorro logrado.
Aplicar normativas más estrictas
El Reglamento de Eficiencia Energética en Instalaciones de Alumbrado Exterior tratará de disminuir el consumo en algo más de un 30% con tres objetivos: mejorar la eficiencia energética y ahorrar en combustible, adecuar los niveles de iluminación en los espacios exteriores y limitar la contaminación lumínica, y reducir la luz intrusa o molesta.
Los consumidores, también esenciales
Los consumidores pueden reclamar a las instituciones información y las medidas oportunas. Muchas ciudades encienden el alumbrado todo el año a la misma hora y en verano despilfarran muchas horas. Un sencillo sistema horario podría ajustarlo a la puesta real del sol. Se pueden apagar lugares públicos o el alumbrado ornamental de monumentos durante las horas centrales de la noche. También se podrían contratar empresas de servicios energéticos (ESE). Sus responsables garantizan la reducción de este gasto y asumen la inversión para ello. El alumbrado navideño y festivo también podría ser menos derrochador si se ajusta más a las fechas y utiliza bombillas eficientes.
En las comunidades de vecinos se puede ahorrar mucho. Se podrían utilizar estudios para iluminar de la forma más eficiente posible. Al principio supone un gasto, pero el dinero ahorrado durante la vida útil del sistema es mucho mayor.
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