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martes, 8 de mayo de 2012

El placer de hablar de uno mismo

Hablar de uno mismo activa los mismos circuitos de gratificación en el cerebro que el sexo y la comida, según demuestra una investigación presentada ayer por psicólogos de la Universidad de Harvard (EE.UU.).
“Los seres humanos dedican entre el 30% y el 40% de lo que hablan a informar a otras personas de sus propias experiencias subjetivas”, escriben los autores de la investigación en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., donde han presentado sus resultados. En redes sociales como Twitter, el porcentaje se sitúa por encima del 80%. Esta propensión a compartir las vivencias propias se manifiesta ya en niños de nueve meses, que intentan llamar la atención de los adultos sobre lo que les parece importante.
Para comprender esta afición tan humana a comunicar las vivencias propias a otras personas, los investigadores Diana Tamir y Jason Mitchell han diseñado una serie de experimentos para los que han reclutado a más de 200 voluntarios. En un primer experimento, se ha registrado la actividad cerebral de los voluntarios con resonancia magnética. Se ha comparado qué ocurría en su cerebro cuando pensaban en sus propias creencias, opiniones y rasgos de personalidad y cuando pensaban en los de otras personas.
Los resultados muestran que, al pensar en ellos mismos, se les activan el núcleo accumbens y el área tegmental ventral en el centro del cerebro. Estas mismas áreas se activan ante estímulos gratificantes como el sexo y la comida. Al pensar en los demás, en cambio, la actividad en estas áreas del cerebro es baja.

Comunicar experiencias propias activa los mismos circuitos en el cerebro que el sexo y la comida, según una investigación de la Universidad de Harvard | Las personas dedican entre el 30% y el 40% de lo que dicen a transmitir información sobre sí mismas 

 

 

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