GAME parecía haberse salvado de la quema, pero nada más lejos de la realidad. Las acciones de la compañía han caído un 15% tras saberse que uno de los títulos más esperados del año, Mass Effect 3, no estará disponible en sus tiendas la próxima semana.
El precio por acción decreció hasta las 4,89 libras, frente a las 296,76 libras que costase en mayo de 2008. Semejante pérdida de confianza crediticia pone a GAME contra las cuerdas, sin mayor solución que la búsqueda de aliados o el cierre a medio plazo.
Aprovechando la coyuntura, el grupo estadounidense GameStop ha manifestado su interés en la adquisición de la cadena, deseoso de irrumpir con fuerza en Europa tras años de infructuosos intentos (el mes pasado cerró sus 3 tiendas restantes en Irlanda del Norte y las 16 que regentaba en Portugal).
La compañía tiene especial interés en la filial española de GAME, con más de 200 tiendas repartidas por todo el territorio nacional. Así lo aseguran informadores cercanos a GameStop, cuyo balance financiero es radicalmente opuesto (ingresó 3.000 millones de dólares en las últimas nueve semanas de 2011).
GameStop cuenta con 6.627 tiendas repartidas en 17 países, incluyendo el grupo australiano EB Games.
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