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domingo, 11 de marzo de 2012

Expulsan al niño prodigio de la informática del instituto por pasarse de listo

Ni el desarrollador más joven de Europa se libra de los castigos en el instituto. El niño prodigio británico Aaron Bond, de 14 años, ha sido expulsado del King Edward VI College por hacer realidad el sueño prohibido de muchos pre-adolescentes: 'hackear' el sistema informático de su escuela.

No pudo llegar hasta el fondo, pero abrió una brecha suficiente para acceder a información confidencial sobre alumnos y miembros del personal docente, incluido el subdirector. Además modificó los registros de la residencia estudiantil y el boletín electrónico del centro.

Bond se ha mostrado arrepentido y consciente del prejuicio que la expulsión puede ocasionar a su meteórica carrera. "Lo siento mucho", ha reconocido. "Si hubiera sabido las consecuencias no lo hubiera hecho".

Y es que, hasta que ha saltado esta noticia, Bond solo acaparaba titulares para recibir elogios.

Con 13 años, diseñó su primera aplicación para el iPhone. Se trataba de 'Spud Run', un juego en el que una patata mutante tiene 40 segundos para atravesar un complejo laberinto antes de terminar aplastada.

Aún más joven, cuando contaba tan solo 8 primaveras, este niño prodigio de Paignton (Devon, Inglaterra) diseñó para un amigo su primera página web.

Para entonces ya había fundado su propia empresa, Aces Design. Aunque en realidad se trataba simplemente de cobrar por lo que llevaba tiempo haciendo gratis: solucionar los problemas informáticos de familiares y amigos.

La suya es la historia de un auténtico niño prodigio, pero ninguno de sus capítulos se puede escribir sin hacer mención a su amigo y socio Sebastian McNeil, el Steve Jobs que todo genio de la informática tiene que tener al lado.

McNeil es la mente comercial y creativa de la pareja. Suya fue la idea de fundar la empresa, como también lo fue la crear 'Spud Run', a la que aportó su granito de arena en los aspectos artísticos.

Un año más tarde Bond recogió los frutos de su esfuerzo. En 2011 fue reconocido como el desarrollador más joven de Europa. Su homólogo a nivel mundial es Lim Ding Wen, un loco bajito de nueve años nacido en Singapore.

Mayor si cabe es el mérito si se tiene en cuenta que todo lo que sabe Bond lo aprendió de forma autodidácta.

"Compré un montón de libros sobre desarrollo de aplicaciones y pasé ahoras viendo videotutoriales de Youtube e investigando en internet hasta que pude crear la mía", confesó el niño prodigio al Daily Mail. "Ha sido agotador y he dedicado literalmente todo mi tiempo libre a crear, desarrollar y después refinar la aplicación".

Su madre, Katie, se muestra orgullosa de las hazañas de su hijo: "Cuando tiene una idea es como un perro con un hueso, no puede abandonarla hasta que está perfecta".

Según la prensa local, Bond ya ha sido admitido en un nuevo colegio. La pregunta es si el King Edward VI College tendrá que arrepentirse de haber renunciando a tener al próximo Mark Zuckerberg en su cuadro de honor.

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