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martes, 21 de junio de 2011

Dos cerebros en cada cabeza

Neurocientíficos del Instituto MIT han descubierto que los hemisferios de nuestro cerebro, derecho e izquierdo, funcionan como dos cerebros independientes cuando se trata de procesar qué vemos en el mundo que nos rodea. En un artículo que publica la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) los autores explican que nuestra memoria de trabajo -es decir, el "cuaderno de notas mental"- tienen un límite: sólo podemos gestionar cuatro cosas a la vez. No obstante, en algunas personas con un cociente intelectual especialmente alto la capacidad de retener varias cosas simultáneamente puede incrementarse.

Aprovechando que los monos muestran exactamente la misma limitación que los humanos, Earl Miller y sus colegas decidieron estudiar las bases neurológicas de los límites de la memoria de trabajo. Y comprobaron que los primates podían procesar dos elementos visuales con la mitad izquierda del cerebro y dos con la mitad derecha. Y que cada hemisferio procesa la mitad del espacio visual. Si extendemos el hallazdo al ser humano, esto implica que podemos procesar dos objetos en cada área visual, pero si hay tres objetos a nuestra derecha y uno a la izquierda, sólo recordaremos dos de la derecha y uno a la izquierda. “El cuello de botella de la memoria visual no está en la fase de memorización sino en la fase de percepción”, concluye Miller. En otras palabras, cuando la capacidad de cada hemisferio cerebral se sobrepasa, la información ni siquiera es procesada por nuestro cerebro, por lo que es imposible recordarla.

De este hallazgo se pueden extraer aplicaciones prácticas inmediatas, según sugiere el neurocientífico estadounidense. Por ejemplo, que los monitores médicos que muestran la información en una columna deberían mostrarla en dos, una a la izquierda y otra a la derecha, para que la persona que los mira procese más información. Lo mismo se podría aplicar a la información que se muestra al personal de seguridad de un aeropuerto o un edificio.

El siguiente reto, adelantan los autores, será averiguar si este descubrimiento acerca de la memoria visual se puede aplicar en otros tipos de memoria (verbal, sonora…).

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