Facebook está viviendo la peor crisis de imagen desde su creación.
Lo que no han podido las demandas de los gemelos Winklevoss, ni las distintas denuncias en el tratamiento de los datos privados de los usuarios, los constantes cambios de diseño; lo está consiguiendo una noticia que no ha dejado a nadie indeferente: Facebook contrató a la agencia de relaciones públicas Burson Marsteller para que promoviese las dudas y la preocupación entre los bloggers y periodistas sobre cómo Google estaba tratando los datos de sus usuarios en Social Circle.
Esta funcionalidad permite a los usuarios de Gmail, el correo electrónico de Google, ver los enlaces que sus contactos compartes con sus amigos a través de otras redes como Facebook o Twitter, no ha tenido demasiada repercusión como le ha sucedido a Google con la gran mayoría sus productos sociales como Buzz.
Pero algo debió ver en él Facebook para considerar que este desconocido producto de Google podría ayudar a desprestigiar a la compañía. Pero desde luego su estrategia ha sido totalmente erronéa y equivocada, y ha tenido una maléfico efecto boomerang.
Esta noticia despierta muchas preguntas: ¿Por qué quiere Facebook hablar de un producto de Google que es prácticamente desconocido? ¿Por qué Burson Marsteller acepta una campaña de comunicación dirigida a desprestigiar a la competencia? ¿No hay una ética en las agencias de relaciones públicas? ¿Son habituales estas prácticas entre compañías?
Lo que sí tiene una respuesta clara es por qué la agencia ha confesado rápidamente quién era el cliente que le había contratado: en cuanto la opinión pública supiese que era Facebook, ellos y su marca iban a dejar de estar el ojo del huracán.
Aunque Burson Marsteller tampoco va a salir muy bien parada de este asunto pues no guardar la confidencialidad del contrato y desvelar el nombre de su cliente, tampoco le deja en muy buen lugar.
No es muy probable que Facebook no les pague sus servicios pues Burson en vez de desprestigiar a Google, ha logrado desprestigiar a su propio cliente.
En cualquier caso, la actitud de Facebook es incomprensible. Sus problemas con la privacidad han sido más notables que los de Google en los últimos tiempos, o al menos despiertan mucho más interés entre los usuarios si se usa como referencia el volumen de búsquedas realizadas en Google.
Los términos “Facebook privacy” se buscan en mucho mayor volumen que los de “Google privacy”, y qué decir tiene que mucho más aún si lo comparamos a Social Circle.
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Facebook puede llevarse el premio a la peor campaña de desprestigio del año, mientras que en Google deben estar aplaudiendo tan inmensa torpeza.
El asunto no es para para tomárselo a broma, el daño a la imagen de Facebook está siendo enorme y ya hay muchos usuarios que critican y se plantean dejar la plataforma.
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